lunes, 5 de marzo de 2018

EMBLEMA SONORO


Cuando crecí, la música de fondo era toda aquella cutrez. La marcha real estaba por todas partes. En la radio, en los altavoces de las plazas en las fiestas públicas, en los numerosos desfiles... Como insignia constantemente repetida de la patria.
Pero fue en 1964 cuando nací de verdad. En aquella mañana epifánica, cambié la marcha por All Day and All of The Night. Con ello cambié también el diospatriaicaudillo de la tradición por God Save The Kinks!
De súbito me hice agnóstico, dispéptico y paralítico mental para mis superiores, como se decía entonces. Y empezaron a pasarme cosas. Como por arte de magia la repetición tuvo su primer gran eclipse. Era la vida, 'el suave menoscabo de la vida'.
Y aún sigo.


Aristóbulo
Biografía del auto
Cap. IV, 'Música y vida'

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