lunes, 18 de octubre de 2021

LAS TRES CIUDADES, más una

Al menos son tres las ciudades veladamente presentes en cada una de las urbes equívocas donde vivimos.

La Ciudad Fragmentada, situada más allá de toda consideración urbanística, es el compendio de todo lo que se habla de ella en taxis y bares.

La Ciudad Ideal, en cambio, descansa en la idea singular que cada uno tiene de la suya. Una ciudad que no existe ni nunca existió para los demás. Hecha de retales interesados y olvidadizos que, como todos los pecados, encubren siempre una falla mítica, una nada.

La Ciudad Especular, constituida por la comparación incesante. Pasa del cilicio a la loa en menos que canta un gallo. Los periódicos no hacen otra cosa que comparar, es decir, encubrir lo que no se quiere ni se puede ver. La falla mistérica originaria.

Hay aún una cuarta ciudad en el envés de todas las anteriores. Podríamos llamarla La Ciudad Callada. Empezando por la mía. ¿Por qué no ladran nunca los perros emblemáticos?, ¿desde cuándo?, ¿adónde fueron a parar sus ladridos?, ¿quién lo ordenó? 

Tal vez fueran ellos los organizadores de una sentada afónica en la Plaza más Mayor de la ciudad, frente a la catedral, iniciando una huelga sine die para ladrar la falla. 

Tal vez fueran sacrificados y suplidos estatuariamente por unos cínicos amaestrados por el bronce.

Según el historiador: “Tal vez, se quiera o no, desde aquel sacrificio, las principales ausencias son siempre presenciales”. 



Aristóbulo

"Tectos"
Obraria, 1327
Bolonia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario